Arrugas, hiperpigmentación, manchas o hasta cáncer de piel son algunos de los peligros que respaldan la importancia del bloqueador solar.
Algo que tenemos muy claro es la importancia de utilizar protector solar cuando comienza el verano y se elevan las temperaturas, pero en realidad es una tarea que debemos practicar durante todo el año incluso si no salimos al exterior.
El efecto de los rayos ultravioleta cada vez se vuelve más peligroso y puede causar mucho daño a nuestra piel si no tomamos las debidas medidas de protección. Sabemos que los bloqueadores no tienen muy buena reputación, ya que a mucha gente no le gusta la textura, algunos dejan un brillo molesto, tardan en secarse y a otras personas se les olvida aplicarlo, pero es un producto necesario para nuestro cuidado de la piel.
Daños a la piel
Exponerse al sol sin la protección necesaria puede traer varias consecuencias de daños graves en la piel como la aparición de radicales libres, quemaduras solares y una de las más peligrosas e importantes, el cáncer.
La exposición solar es responsable en un gran porcentaje de los signos de envejecimiento de la piel como arrugas, líneas de expresión, decoloración y pérdida de elasticidad.
Físico v/s químico
Existen dos tipos de fórmula de protectores solares, uno son los del tipo “físicos” o minerales y otros “químicos”. Los dos nos protegen del sol, pero actúan diferente.
Los protectores solares físicos actúan como una barrera que refleja los rayos UV, por eso trabajan de manera superficial. Su textura es más gruesa. Normalmente tienen ingredientes de dióxido de titanio u óxido de zinc. Son recomendados para las pieles sensibles, porque son menos irritantes.
Los protectores solares químicos trabajan un poco más profundo para absorber los rayos UV y convertirlos en calor, estos pueden incluir antioxidantes que reducen el daño. Son fáciles de aplicar y no dejan esa molesta capa blanca en la piel. No son recomendables en pieles sensibles.
Factor de protección solar (FPS)
El FPS indica la medida de protección contra los rayos UVA y UVB, este número que va acompañado en los envases es la medida en que el bloqueador protegerá tu piel contra las quemaduras solares y los daños, a mayor número mayor aumenta la protección. Se recomienda como mínimo una protección de FPS30 al día.
Por ejemplo, si tu piel se quema en 10 minutos, con un FPS30 se multiplicaría por 30 el tiempo de protección, es decir 300 minutos en quemarte.
¿Cuánto aplicar?
Normalmente la mayoría de las personas se aplica muy poco producto, por ejemplo, se recomienda utilizar en el rostro y cuello la cantidad de 1 onza, dos cucharadas o dos dedos y esparcir bien de forma pareja.
Es importante volver a reaplicar el producto durante el día, se recomienda cada dos horas cuando estamos al aire libre o más seguido si sudas o te metes al agua. Intenta evitar la exposición del sol en horas más peligrosas como de 10 de la mañana hasta las 16 horas.
Para deportistas o si quieres nadar se recomienda elegir versiones que sean resistentes al agua y al sudor, aunque siempre es recomendable volver a reaplicar una vez que salimos del agua.
¿Cuál utilizar para mi tipo de piel?
Si tu piel es grasa o mixta escoge una fórmula sin aceite, si es seca una hidratante, si es sensible mejor un producto suave sin ingredientes agresivos como fragancias, parabenos o alcohol.
Algunas cremas hidratantes o maquillaje traen protección solar, pero los expertos recomiendan tener dentro de la rutina de cuidado exclusivamente un bloqueador como protector, ya que generalmente no aplicamos estos productos en todas las áreas que necesitamos cuidarnos. Esperamos que esta nota te haya permitido comprender la importancia del bloqueador solar y recuerda que puedes visitar nuestras tiendas y encontrar gran variedad de productos de maquillaje y cuidado personal.